martes, 9 de noviembre de 2010

No primavera, no vida, todo no…


No hay nada que hacer de noche… y un chico nace casi en Anhedonia… (Charly García)

Cuando vi en la tapa de los diarios la noticia de la muerte de Galtieri, tuve una extraña sensación. Volvía de un largo viaje, intenso, de aprendizaje e iniciación pero también de abandono a mi familia, de mucha  tristeza y soledad. No me fui exiliado, simplemente fui como un pobre ansioso que no supo lo que hacer en 2001, y que simplemente atinó a huir, como tantos, a ver otros mundos, los mundos originarios de nuestra crisis civilizatoria, los mundos de la polaridad hacia arriba, de los norteños, de los viejos europeos.
En Ezeiza lo vi, sentado en un sillón, con una copa de whisky, bebida que amo, pegada con photoshop por los creativos de Página 12. Compré el diario y devoré las notas, seguía sintiéndome un extraño… ¿cómo disfrutar de la muerte? Eso no es bello, ni bueno, ni feliz. Ese mismo día murió dudosamente una amante del Vendedor Estatal, una diputada en ejercicio llamada Claudia Meza, ¿alguien la recuerda? bajo efectos de suicidio por envenenamiento o sobredosis, o algo así, como solía morir la gente asociada al poder en la década anterior, en los famosos y liberales, locos ´90.
Ayer murió Massera, y me encuentra de nuevo descolocado. No sé cómo se celebra la muerte. Pero lo veo, vestido de Almirante en las tapas de los diarios y me da escalofríos.
Recordemos la muerte de ese soldado degradado, ebrio y violento hace pocos años, junto a la de este otro marino inmoral y corrupto. Igualémoslos en el recuerdo.
Recordemos que en democracia se continuó su legado, con más corrupción, negociados, muerte y exclusión. Estamos a tiempo de corregir esa obra. 

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