viernes, 3 de diciembre de 2010

Camino hacia ningún lugar


Camino hacia ningún lugar. David Byrne, del álbum “Pequeñas Criaturas”, Talking Heads, 1985.
Luego de los incidentes en donde murieron un indígena y un policía. Infobae, 29/11/2010

María Soledad, Carrasco, Cabezas, Miguel Bru, Maxi y Darío, Julio López, Fuentealba, Mariano Ferreyra. Hijos, hermanos, compañeros, amigos que vivían y hoy ya no viven; están en el panteón de los muertos y desaparecidos en democracia.
Cuenta la leyenda norteamericana que Billy the Kid no contaba entre sus muertes a mejicanos e indios, en nuestra tierra tampoco significaban nada hasta muy poco tiempo atrás. Hay muchas muertes injustas en el Gran Chaco Americano y, como muertes indias que son no cuentan. La raza cuenta muertes en su haber, el racismo de nuestra cultura las ignora.

Pensemos sinceramente si recordamos los nombres de los dos muertos en represión Formosa como recordaríamos los de un muerto urbano y blanco.
Pensemos, menos trágicamente ahora, si la ruta cortada fuese ruta vacacional, qué sucedería pasados cuatro largos meses de corte. 

Un muerto se llamaba Roberto Lopez, nombre hispano, sangre qom. Manifestaba, reclamaba, pedía justicia. El otro era policía, se llamaba Heber Falcón, víctima de la represión de su propia tropa, quienes portaban las armas. Los acusados son sin embargo aborígenes que reclaman por el derecho a la tierra, cortando desde hace cuatro meses una lejana ruta que nadie en estos porteños pagos, sabe hacia adonde va.

Los tiempos que corren se intuyen distintos, ahora se habla, se manifiesta también en Buenos Aires por muertes injustas y lejanas, muertes negras, indias. No olvidemos estas muertes.

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