sábado, 26 de mayo de 2012

Sobre la realidad mediática de parte de un lector/oyente Un homenaje a los 25 años de Página/12 Habemos a mi humilde entender, en esta actualidad política de la segunda década del S XXI, tres líneas en el periodismo autóctono. Dos son claramente identificables y una tercera, confundida con una de éstas dos primeras. Detallemos entonces: La primera de estas líneas, es quizá la más fuerte en términos estructurales dentro de su propio medio, gracias a su fuerza histórica y su poder económico, las “Corporaciones Mediáticas” representadas por los dos formadores de agenda, Clarín y Nación y su importante ramificación audiovisual, ellos son en esta puja socio-política la fuerza conservadora, controlan y por propia naturaleza quieren-deben conservar ese status quo. La segunda también muy fuerte en virtud del contundente apoyo político desde las bases mayoritarias del electorado, (léase gente que vota, pues esto es el electorado, la gente, el pueblo que ejerce el derecho y el deber del voto), y tienen su bandera en el Gobierno Nacional. A pesar de su fuerza y su contundencia ostentan menor poder en virtud del menor bagaje inercial dentro del complejo universo mediático. Éstos representan el apoyo incondicional, propagandístico (y lo digo sin sentido peyorativo) del modelo llevado adelante por el Gobierno Nacional. Esta línea desde mi humilde posición de lector-oyente adolece de una excesiva táctica defensiva, focaliza excesivamente su energía en mostrar la incongruencia de sus poderosos adversarios en una permanente exégesis del contrincante; una suerte de “juego de contaataque” que esconde muchas veces falta de iniciativa comunicacional. La tercer línea, a pesar de su vigencia y su importante tradición perdiodística, está paradójicamente menos visibilizada pues la línea fundacional del periodismo local, la que “impone la agenda” parafraseando a uno de sus más tradicionales voceros, pretende a toda costa hermanar, fusionar con la segunda línea, la defensiva, la “oficialista”. Este periodismo, realmente independiente, que ciertamente apoya el modelo político general desde su propia usanza, con sus propios códigos profesionales, debe permanecer al margen, y creo que en gran medida lo logra liberándose de la permanente lectura de qué es lo que dijo o puso en escena el llamado periodismo opositor; el cual es ni más ni menos que un periodismo que defiende sus intereses ante todo y cuya línea editorial es congruente con esta necesidad. Por lo tanto pueden, y deben criticar y reflexionar sobre los actos de gobierno y sus bases de acción y fundamentación, aún pudiendo apoyar ideológicamente sus lineamientos generales. La derecha ideológica pretende que el periodismo debe ser objetivo. Esto es congruente con su pensamiento, basado en la creencia que su dirección intelectual dicta sobre un periodismo serio libre de “ideologismos” y “politización”. Postura que esconde en realidad su propia razón de ser, la de considerar la verdad como una verdad única, la suya. Ser objetivo por eso mismo es parte de su discurso pues es parte de su posición ideológica; responder permanentemente a estas “incongruencias y falacias” utilizando todas las energías es parte de una táctica defensiva (la de los medios y periodistas militantes u oficialistas), quienes también tienen razón de ser en el marco de una puja política de poder, adonde estos medios participan como piezas necesarias de contrapeso, de defensa y ataque. La línea de Página/12 en cambio es necesaria en otra dimensión de la realidad comunicacional política, una dimensión de largo plazo, adonde las voces se expresan, cuestionando o apoyando, pero siempre favoreciendo el pensamiento y la reflexión crítica de la realidad. Felicitaciones y salud Página. Harold Picchi Benedetti

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